Hace ya un par o tres de años que gracias a la generosidad y la experiencia de mi amigo António sabia la ubicación exacta del territorio de esta pareja de buhos reales.
Les habíamos hecho más de una visita siempre de madrugada y en alguna ocasión les veíamos llegar a su viejo nido después de toda la noche de caza y tras posarse unos segundos desaparecían a descansar.
El caso es que hacerles unas fotos de día me resultaba del todo imposible así que decidí probarlo al atardecer,llegué al lugar,estudié un poco la situación y decidí montar el hide en el sitio que me pareció mejor y después de un rato,no demasiado, de repente guauuuuu, alli estaba, posó para mi unos minutos que fueron los más emocionantes vividos ultimamente en mis salidas al campo.